El tarjetero misterioso del depósito 6… O una valiosa lección sobre porque hacer preguntas
Aldo Lauria Santiago
Director, Rutgers/Puerto Rico Archival Collaboration
Professor, Rutgers University, New Brunswick
El Tarjetero
Como parte de nuestra colaboración con el Archivo General de Puerto Rico, me puse a examinar unos tarjeteros viejos que noté en un depósito. Llevaba meses con ese ítem en mi lista de trabajo. Pedro Roig me trajo a la sala de trabajo casi todas las gavetas para que las examinara. Cuando examiné las tarjetas vi que tenían una numeración consistente, pero criptica…temas y lugares en orden alfabético, “hacienda” o “municipio” o lo que fuese, con la descripción de la fuente …Seguí chequeando las tarjetas y muchas tenían en común el nombre de Coll y Toste, asumí que como fuente. Parecía ser un índice de sus trabajos…o tal vez producto de su archivo. Busque donde habría ido a parar la colección personal de Coll & Toste, su archivo o biblioteca. No encontré ninguna referencia. Nada de la numeración coincidía con sus obras publicadas (los masivos tomos de los Boletines Históricos) …Busque en Google correlaciones entre Coll y Toste y archivos, y uno de los resultados fue un volumen en la biblioteca digital de la Colección Puertorriqueña que maneja Javier Almeyda (con quien también colaboramos hace más de dos años).
Los Volumenes
El Tesauro de Datos Históricos son cinco volúmenes gigantescos con más de 5,000 páginas. Por coincidencia, ya conocía esta obra y le había pedido a Javier hacía unos meses que nuestros interns en la Colección Puertorriqueña lo escanearan…Javier ya lo tenía en PDF y me compartio los volúmenes. Ya los tenía en mi PC.
El Tesauro es tal vez es el recurso impreso de investigación especializada más desarrollado de Puerto Rico. Además de los esfuerzos individuales de muchos historiadores (de todo tipo), ningún otro tarjetero, ni siquiera el índice parcial del diario El Mundo significa una inversión tan masiva de trabajo. Además, sin ser especialista, me dio la impresión de que no se usa mucho, ni se cita en la literatura de historia de Puerto Rico que he leído. Nunca lo había visto citado.
El tarjetero me motivo a examinar los volúmenes en PDF. Las introducciones de los volúmenes describen en algún detalle el proyecto del Tesauro. Empezó en 1937 y fue dirigido por el quinto historiador oficial de Puerto Rico, Adolfo de Hostos (hijo de Eugenio Maria de Hostos y nacido en la Republica Domincana (1887)).[i] El trabajo conllevo la creación de miles de tarjetas índice. Los primeros tres volúmenes con la data de las tarjetas fueron publicados bajo su dirección entre el 1948 y 1951. Luego, entre 1990 y 1995 la Academia Puertorriqueña de la Historia (Dirigida por Aurelio Tío, con la Editorial de la UPR) republico los primeros tres volúmenes (en un solo volumen) y termino la publicación de las tarjetas en otros cuatro volúmenes. Las tarjetas en el tarjetero son el trabajo manual de búsqueda y arreglo en orden alfabético de todas las citas empíricas de la historiografía de Puerto Rico.
El trabajo de publicación secundaria (bajo Tío) se hizo en la UPR…y la introducción menciona que las 30,000 fichas estaban (en 1990) bajo la custodia del Departamento de historia de la UPR. Añade también que “El uso actual de las fichas por temas está limitado por razones prácticas a un exiguo número de universitarios del Recinto de Río Piedras.” Tal vez esto todavía aplique a la versión impresa.
Ósea, y en sus propias palabras: “La obra consiste en el tesoro de datos más rico e importante que existe de nuestra historia. Incluye el desglose de más de 150 obras de historia con unas 110,000 entradas y de centenares de documentos inéditos o muy poco conocidos, cuya información facilitará la investigación, tanto por especialistas como por estudiantes y aficionados al estudio de la Historia.” (Vol. 1, p. V.)
El Trabajo
¿De dónde salió esto? El trabajo de las tarjetas comenzó cuando de Hostos solicito a la Puerto Rico Reconstruction Administration (PRRA) en 1937 que formara el proyecto. El director de la PPRA Miles Fairbanks lo aprobó y empezó el trabajo hasta el 1939 cuando el proyecto paso a la Works Progress Adiministration (un programa relacionado pero separado, con una trayectoria poco investigada) con fondos adicionales de la legislatura insular y luego, del 1943 a 1945 continúo trabajando con fondos de la Oficina de Emergencia de Guerra.[ii] En 1946 se fusiono el trabajo con la creación de la oficina del historiador de Puerto Rico y el archivo de Puerto Rico.
La gente que trabajo en el proyecto del 1937 hasta el 1947 es impresionante:
Eugenio Astol
Luis Palés Matos
J. I. de Diego Padró
Joaquín López López
Carlos N. Carreras
Enrique T. Blanco,
Guillermo Atiles García
Nicolás Rivas
José J. Rivera Chevremont
José Paniagua Serracante
Luis M. Díaz Soler
E. Colón Baerga
Joaquín Monteagudo
Natalia B. vda. de Guzmán Benítéz
María Arregui vda. de Patiño
Alicia Casalduc
Enrique T. Blanco
Los otros agradecimientos en el primer volumen demuestran el apoyo institucional que tuvo el proyecto:
“Deseamos expresar nuestro reconocimiento y gratitud a los funcionarios, federales e insulares, que prestaron su apoyo al Proyecto, especialmente a los gobernadores Hon. Blanton Winship, Hon. William D. Leahy y Hon. Jesús T. Piñero; los presidentes del Senado y de la Cámara, respectivamente, Hon. Luis Muñoz Marín y Hon. Feo. M. Susoni; el Mayor General James L. Collins, del Ejército de los Estados Unidos, comandante del Departamento de Puerto Rico; el señor Manuel A. Pérez, Administrador del Programa de Emergencia de Guerra, el senador Bon. Vicente Géigel Polanco y el representante Hon. Esteban-Susoni; el señor Miles H. Fairbanks, entonces Administrador Auxiliar de la Puerto Rico Reconstruction Administration y el señor Roy Schroder, Administrador de la Work Projects Administration y su auxiliar, el señor Pedro Gil.”
Es posible que la producción de tarjetas (a maquina) continuara durante los años 50 en la UPR…las primeras que se hicieron que están en el AGPR fueron escritas a mano. Las del CIH son a máquina.
El trabajo se paralizo por razones desconocidas, y es retomado en los 90s. El primer volumen publicado por la oficina del historiador y la academia de la historia (republicado como Tomo II, en 1992) explica que se produjo el volumen con los tarjeteros que ya habían sido creados antes del 1950. El trabajo de pasar las tarjetas a una versión publicada fue dirigido por Maria Asunción Olivar, la viuda de de Hostos, con el trabajo de Isabel Urbina de Pérez, María Stella O’Neill de López y Carmen Sylvia Arroyo. El Tomo final (V) fue publicado en 1995.
Aun después de leer todo esto, tuve más preguntas algunas sin duda basadas en el hecho que nunca pasé por la UPR como estudiante ni profesor de historia.
¿Dónde está el resto del tarjetero?
¿Qué valor tiene el tarjetero físico? ¿Pasa al dominio de los arqueólogos?
Algunas de las bandejas… ¿Serán de otro proyecto?
¿Dónde está el archivo personal de de Hostos? ¿De Coll y Toste?
¿Como se puede traducir un recurso (¡y una historiografía!) tan tradicional para el uso de las investigaciones con las preguntas del siglo 21?
Las Referencias
¿Qué exactamente fue lo que hicieron para producir este trabajo? De Hostos y su equipo tomaron todas las referencias empíricas de la literatura histórica puertorriqueña (en español, asumo) publicadas hasta 1950 y las desglosaron, formando un índice a todos los datos o citas extractadas de varios centenares de libros. O sea, un Google que filtra para datos identificables por un concepto (lugar, institución, etc.) y le anotaron el libro donde origino el dato. Tal vez mas bien un reverse engineering de la literatura publicada (algo conocido para los estudiantes de doctorado…)
El Tesauro impreso no es difícil de usar. El índice alfabético por temas o nombres usa términos y conceptos de la época. Lo que es más complicado es ver de qué libro o fuente origino el dato. La numeración es un poco criptica y como todo sistema custom, un poco arbitrario, pero nada complicado:
· “I/8/286, indica el Boletín Histórico de Puerto Rico, tomo 8, página 286”
· VII/L.5/ 11, 1864: Archivo Municipal de San Juan, legajo Núm. 5, expediente Núm. 11, año 1864.
Pero lo que más impacta en el uso es la lista impresionante y a veces extraña de los materiales a los cuales le formaron índice (ver apéndice). Incluye obras clásicas publicadas, colecciones de documentos, archivos privados, revistas y periódicos. Listaron 224 piezas, algunas de ellas colecciones de varios volúmenes. Increíblemente, el listado incluye colecciones de documentos del Ateneo, el archivo de la PRRA, y la Real Sociedad Económica de Amigos del País,
Entonces, el usuario que requiera verificar el origen de un dato especifico listado en el arreglo alfabético temático/onomástico (¡o en las tarjetas originales!) tendría que buscar el numero romano asignado a la fuente y de ahí buscar fecha/página en una versión original tal vez inaccesible ya.
Mas genealogía
En conversaciones con Juan Giusti Cordero, professor retirado de la UPR, y Marcelo Luzzi, profesor del departamento de historia de la UPR, me entere que el resto del tarjetero está en el Centro de Investigaciones Históricas de la UPR, y que algunos lo usan regularmente.
Después de varias discusiones con colegas, incluyendo a Javier Almeyda, la conclusión a la que llegamos es que el Tesauro necesita más visibilidad y una presentación sistemática en el contexto de la enseñanza de métodos de investigación. También pensamos que sería ideal formar un relational database con los entradas tomadas directamente por OCR de la versión impresa, posiblemente cambiando la numeración por algo más estandarizado convirtiendo también el formato numérico de fechas…y no procesar las tarjetas directamente.
¿Y que hacer con las tarjetas?
La historiografia
El proyecto, tanto el tarjetero como la versión impresa, permanece como un homenaje a la primera tradición historiográfica puertorriqueña, tan bien documentada (y criticada) por nuestros historiadores e historiadoras durante los años 70 y 80. Después de las múltiples revisiones y giros de la “nueva historia” de los 1970s and 1980s…esta bibliografía empiricista está sujeta a los múltiples fetiches y distorsiones patrocinadas por las distintas culturas compartidas desde fines del siglo 19 hasta los 1950. Pero también, al desenhebrar sus contenidos, ayuda a poner toda esa data al servicio de otros propósitos o perspectivas. Decir que es difícil hoy en día absorber o conectar con este material no es una exageración. Para el investigador o investigadora que esté buscando citas y datos específicos (algún censo municipal…), el Tesauro es lo suficientemente transparente como para no ofuscar nada y ofrecerte, si existe, el origen o localización del dato. Pero las tarjetas y el Tesauro son también un concentrado de los logros, ideologías, metodologías y biases de esa primera generación. El que el hijo de Eugenio Maria de Hostos fuese, en este contexto, tanto el director intelectual de este proyecto y el historiador oficial de Puerto Rico (el quinto) ya representa bastante.
El Tesauro también nos recuerda de varias cosas extraordinariamente importantes. Varias generaciones de las elites políticas e intelectuales puertorriqueñas conectaron con el estudio activo de la historia de Puerto Rico. Y como si importase. Lo hicieron desde el estado, desde la UPR y desde sus propios recursos.
Para derrocar las sucesivas arrogancias generacionales, el Tesauro nos demuestra también que muchos antes hicieron preguntas importantes y las contestaron, con metodologías que fueron persistentes, meticulosas, cuidadosas y dedicadas, con un sentido colectivo de propósito y con un compromiso por promover no solo la necesidad de la investigación sino los mismos recursos necesarios para esto. Nos provee un inmisericorde recordatorio de que el proceso de investigación tiene que ser, al comienzo y al final, análogo y no digital…Y la rueda solo se puede inventar unas pocas veces: las islas son muy finitas; hace mucho mas de un siglo se ha investigado sobre huracanes, música popular, urbanismo, tierra, azúcar, esclavitud…la arrogancia generacional, constantemente expresada en rechazos absolutistas, giros seudo-teoricos y metodologías anti-empiricas…ha empeorado la discontinuidad intelectual y de recursos causada por las múltiples crisis de los últimos 20 años…Finalmente, nos recuerda lo mucho se hubo y lo que se ha perdido.
Esta experiencia confirma algunas de las premisas del proyecto que dirijo, el Rutgers/Puerto Rico Archival Collaboration. Nuestra inspiración siempre fue brindar apoyo a los esfuerzos que se están trabajando, cada día con más recursos, para la facilitación de los recursos y la colaboración en la investigación histórica. Pero sobre la marcha aprendimos que hay mucho trabajo de conectar cabos sueltos y generaciones, visibilizar recursos, y rescatar trabajos olvidados. Esto me parece un buen ejemplo. A ver qué hacemos.
Recursos:
Notas:
[i] De Hostos sirvió en el ejército de Estados Unidos como oficial del Regimento de Puerto Rico. Fue asistente militar al Gobernador Arthur Yager.
[ii] ¡La misma oficina que tenemos en proceso de digitalización con la colaboración de la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades!.