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Marisel Flores Patton

Archivista, AGPR

Juan Emilio Viguié

En 1919, un joven soñador llamado Juan E. Viguié regresó a Puerto Rico después de completar sus estudios en el prestigioso Instituto de Cinematografía en Nueva York. Con la ilusión de ejercer su carrera en su tierra natal.  Juan Viguié se convirtió en el primer y único cineasta puertorriqueño con estudios formales en cinematografía, viviendo de su profesión hasta su retiro.

El 26 de diciembre de 1922, ante el notario Benjamín Guerra Mondragón, se constituyó la “Compañía Cinematográfica Portorriqueña”[1] de Antonio Coll y Vidal y Juan E. Viguié Cajas. Esta compañía se dedicaría a la impresión y exhibición de películas cinematográficas en el país, enfocándose especialmente en revistas sobre sucesos de interés y actualidad relacionados con Puerto Rico. Inicialmente, Viguié comenzó a producir estas revistas cinematográficas de forma local en Ponce, y luego con el apoyo de la Porto Rico Photoplay Inc.[2], el primer y único estudio de cine construido en Puerto Rico en el año 1921, amplió su producción y distribución. El establecimiento de una revista cinematográfica fue fundamental para el desarrollo de la industria local en los inicios del cine en Puerto Rico.

El 27 de diciembre de 1922, constituida la compañía, lanzó su primer noticiario, prometiendo una producción continua cada 15 días, presentando una variedad de temas. En su primera exhibición, Viguié cubrió tres reportajes: En la Feria de Ponce: Mostraba al hombre más gordo de Puerto Rico, un gallo de tres patas y una gallina con cara de mujer; El pleito electoral de Puerto Arturo: sobre el fraude electoral de San Juan, Puerto Rico desde arriba: Vistas panorámicas tomadas desde un hidroavión pilotado por el aviador C J Zimmerman.

El pleito electoral fue el que mayor sensación captó, ya que las carteleras de los cines lo anunciaban durante el caso en corte y meses después. Este pleito fue particularmente importante, alcanzando su apogeo entre diciembre y enero, pero aún en mayo seguía en exhibición en los cines de Puerto Rico.

¿De qué se trató el pleito electoral?

El pleito electoral de San Juan tuvo su origen en las elecciones de 1920, donde se alegó fraude y manipulación en el conteo de votos. “Hacía muchos años que el partido republicano venía ganando las elecciones en San Juan y como en la última ocasión las perdiera asumió que había ocurrido fraude en los cómputos”.[3] Los republicanos se valieron del testimonio de Arturo Suffront, un unionista que declaró haber querido ayudar a su partido a ganar las elecciones manipulando el conteo de las papeletas, aprovechándose de la falta de electricidad durante el conteo. En el juicio se debatiría la validez de las papeletas electorales de los colegios 23, 25 y 26 del Precinto 1 de San Juan. Cualquier similitud con un pasado reciente es pura coincidencia… o quizás solo historia repitiéndose con un poco de picardía, aunque es gracioso cuando se ve desde la distancia.

Las sesiones en la corte fueron un espectáculo mediático, con presentaciones detalladas de pruebas y testimonios que mantenían al público en vilo. Las grabaciones de Viguié capturaron no solo los procedimientos judiciales, sino también el fervor y la tensión política del momento. Es lamentable que hoy no podamos ver ese reportaje, ya que de la producción cinematográfica de Viguié se ha conservado muy poco[4].

Una crónica de la época relataba:

“Una cámara fotográfica operó durante la tarde de ayer, para impresionar la película que el señor Viguié, de Ponce, se ha propuesto sacar, y a efecto siguió tomando vistas de cuando estaba declarando el Doctor Osborn y varios de los periodistas que asistieron al juicio.”[5]

La expectación pública debido a la contienda electoral entre el Partido Republicano y el Partido Unionista llevó a Viguié y su compañía a producir el primer reportaje político de este tipo. Hasta entonces, Viguié se dedicaba a eventos locales de temática social, no de política en controversia. El reportaje “Pleito Electoral de San Juan” incluyó vistas en la corte en sesión abierta, al juez Foote, a los abogados de ambas partes, las papeletas en litigio e incluso al perito del Partido Unionista, Albert S. Osborn. El Dr. Osborn fue el perito que trajo el partido Unión a un costo de $100.00 por día. Autor de libros como “Los documentos dudosos” (1909) y “El problema con la prueba” (1922).  Osborn testificó: “que examinada la prueba unas 59 papeletas que llevaban la cruz bajo la insignia del Partido Socialista habían sido alteradas añadiendo cruces para darle ventaja a los republicanos.  Esto convirtiendo en voto mixto, algunas papeletas integras”.

Los titulares de la prensa reflejaban la intensidad del evento, comparándolo con la histórica batalla de Puerto Arturo. Referirse al pleito electoral de 1920 como “Puerto Arturo”[6] implicaba que el Partido Republicano había sufrido una pérdida significativa en un territorio que tradicionalmente controlaban, similar a la derrota rusa en Port Arthur. Esta comparación sugería una derrota inesperada y significativa, alterando la dinámica política de la región.

En este juicio, no solo estaba en juego la validez de unas elecciones, sino la moral y la integridad de los partidos. Las alegaciones y pruebas presentadas revelaron las tácticas insidiosas utilizadas para manipular el resultado, marcando la reputación de los republicanos y evidenciando la lucha desesperada por mantener el poder a cualquier costo. Lamentablemente, hoy seguimos enfrentando la misma propensión al fraude electoral, con partidos dispuestos a hacer cualquier cosa para ganar, incluso creando leyes para legitimar alguna forma de fraude.

Finalmente, en febrero, el Partido Republicano fue encontrado culpable de fraude electoral. El juez Foote dictaminó que debían pagar los costos del caso, fijando una fianza de $4,000.00, aunque se afirmaba que los costos superaban los $50,000.00. Para mí, este es uno de esos momentos gratificantes en la historia cuando la verdad emerge con claridad, llevando a los culpables a enfrentar su castigo y a los vilipendiados a recibir su reivindicación. Estos eventos nos recuerdan que, a pesar de las adversidades y las injusticias, la integridad y la verdad pueden prevalecer. Es esperanzador pensar que, aunque a veces parezca lo contrario, la justicia y la verdad pueden salir victoriosas.

En el Puerto Rico actual, la verdad a menudo enfrenta obstáculos debido a las intervenciones mediáticas que dan más crédito a las mentiras creadas bajo la manipulación y el engaño, lo que hoy se conoce como “fake news.” La conclusión de esta historia fue que los republicanos se vieron obligados a pedir dinero para pagar los gastos del juicio, mientras que los unionistas celebraron su victoria y reivindicación moral en los campos de Río Piedras. Al menos esta vez, la justicia salió ganando… y los republicanos, pues, fueron por lana y salieron trasquilados.

Ya concluido el juicio y con la sentencia del juez Foote se anunciaba el estreno los días 5-6, 9 de marzo en los teatros: Tres Banderas, Puerto Rico, Liberty el reportaje completo sobre el Pleito Electoral de San Juan.  Exhibición que se extendió hasta mayo de 1923.  A finales de ese mismo año, Viguié alcanzó mayor notoriedad al producir reportajes para firmas internacionales que producían “Newspictures”, un término de la época. Sus trabajos fueron exhibidos por Fox News, International News, Kinograms y Pathe News, todos sobre las actividades relacionadas con la llegada del nuevo gobernador a Puerto Rico, H. M. Towner.

Este artículo pretende rendir un tributo a la memoria de Juan Emilio Viguié Cajas, nacido el 11 de julio de 1891, nuestro más destacado cineasta, cuyo aporte a la industria cinematográfica de Puerto Rico merece reconocimiento. Todas las generaciones de cineastas deberían conocer sus proezas y hazañas. Su historia nos llena de orgullo, recordándonos la figura mitológica de Sísifo, quien nunca se rindió y siempre comenzó de nuevo. Así como esta metáfora, nuestra industria cinematográfica pasada y presente se refleja en el ejemplo de perseverancia y dedicación de Viguié.


Notas

[1] Compañía Cinematográfica Portorriqueña. 27 de diciembre de 1922. El Mundo, pág. 6

[2] Porto Rico Photoplay Inc., (1919-1923) produjo tres películas:  Amor Tropical (1921), La Mujer que se Engañó así misma (1922) y El Hijo del Desierto (1923).

[3] El partido republicano es convicto de fraudes electorales.  10 de febrero de 1923. El Imparcial, pág. 1

[4] No obstante, en los últimos años, gracias a investigaciones recientes, se han logrado recuperar algunas de sus producciones.

[5] El Pleito en su Apogeo.  27 de diciembre de 1922. El Imparcial, pág. 6

[6] En el contexto del pleito electoral de 1923 en San Juan, Puerto Rico, la referencia a “Puerto Arturo” parece ser una metáfora histórica. La batalla de Port Arthur (Puerto Arturo) fue una significativa derrota para los rusos en la Guerra Ruso-Japonesa de 1904-1905, marcando un punto de inflexión importante en el conflicto. Al comparar la pérdida de la asamblea municipal de San Juan por el Partido Republicano con “Puerto Arturo,” se está subrayando la magnitud y el impacto de la derrota electoral.


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